Kerstin Ergenzinger (Alemania)
VIDA 15 - Primer premio
Esta fascinante instalación nos dirige
hacia los anchos de banda sonoros en los que normalmente no reparamos,
porque tendemos a experimentarlos de manera periférica como “ruido blanco”
ambiental o porque de hecho no podemos oírlos. Al tiempo que Rotes Rauschen
emite zumbidos, generando una vibración físicamente palpable porque abarca
fuertes bajas frecuencias, sincroniza metafóricamente a los espectadores con un
mundo de ruido rojo. La obra enfatiza el esquivo ambiente infrasensorial de
vibraciones, temblores y ruidos del suelo que habitualmente no atraviesan el
umbral de nuestra limitadacapacidad sensorial. La instalación funciona como un
“órgano sensorial escultórico” y como instrumento sísmico. Una escultura
oblonga curva está suspendida en el espacio. Tiene una forma irregular,
desigual incluso, porque su contorno se basa en la información gráfica
proporcionada por un sismómetro que está en el suelo. La escultura se convierte
en una especie de oído atento a todos los elementos del lugar donde se encuentra,
incluido el entorno inmediato, la ciudad que queda fuera y la presencia de los
propios espectadores. Los datos sísmicos se transmiten desde un péndulo en el
eje vertical del sismómetro, atravesando tres cables hasta la escultura. Lo que
ocurre en la instalación sucede sobre todo cuando un espectador se adentra en
la escultura y se ve envuelto por ella: cuando se transmiten datos, los cables
se contraen y expanden, generando resonancias sonoras; la escultura también
cambia de forma teniendo en cuenta la intensidad de la actividad sísmica, y,
debido a ella, el zumbido del ruido rojo se amplifica de forma distinta para
cada espectador que se encuentra envuelto por este dispositivo idiosincrático
para conectar con la tierra.
VIDA 15 - Segundo premio
En el proyecto “Moon Goose”, Agnes
Meyer-Brandis despliega una compleja narrativa de ficción que toma la forma de
un detallado proyecto de investigación científica. El proyecto ofrece una
reflexión poética y lúdica sobre el estatus del conocimiento científico y
mítico y nos invita a revisar las estrategias narrativas utilizadas en la
presentación y justificación de la investigación. El proyecto parte del mito
premoderno de un tipo específico de gansos que se creía que emigraban de la Tierra
a la Luna. Basándose en esta idea, Meyer-Brandis desarrolla una serie de
experimentos a través de los cuales se dedica a criar y entrenar gansos
contemporáneos para que adopten el comportamiento de los míticos gansos
lunares. En el espacio expositivo , la artista presenta documentación
fotográfica y audiovisual que muestra el esfuerzo y la curiosidad que
caracterizan sus experimentos. En el contexto del premio VIDA, el proyecto
supone una invitación humorística a distanciarse de la seriedad de muchas
investigaciones científicas y a examinar algunas ideas preconcebidas que a
menudo se hacen pasar por pruebas científicas, y, lo que es igualmente
importante, que constituyen la base mítica y narrativa del modo en que
interpretamos el mundo que nos rodea.
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